Enseñanzas
No empieces a lo grande
Veo muchos proyectos en lo cuales las personas están dispuestas a invertir hasta el último euro de sus ahorros y endeudarse en un proyecto, a veces sin tan siquiera haber comprobado si hay mercado. Cosas simples como probar la idea (recuerda nuestro artículo sobre ensayo y error), o buscar alternativas (segunda mano en lugar de nuevo, alquiler en lugar de compra, etc) te permiten lanzarte de forma más flexible.
A pesar de que tengas experiencia y conocimientos, a pesar de que hayas estudiado con cuidado el mercado, si te lanzas a lo grande te arriesgas a fracasar a lo grande, y a no tener una segunda oportunidad.
Si emprendes, tendrás que aprender
Puede que sepas hacer trampas grandes, pero si lo que necesitas es disparar con arco, tendrás que aprenderlo.
No siempre las metodologías de grandes empresas son aplicables en pequeños proyectos
Las grandes empresas cuentan con recursos económicos, técnicos y humanos que no puedes tener en una organización pequeña. No intentes replicar formatos porque la mayor parte del tiempo no te funcionará.
Necesitas ayuda
No lo puedes hacer todo. Necesitas a alguien para apretar la pala, enseñarte a tirar al arco o ayudarte a mover la tierra. Personas técnicas y administrativos. Si quieres hacerlo todo tú solo tu probabilidad de fracaso es mucho mayor.
No tengas prejuicios
En el cuento, uno de los cazadores no podía concebir que una mujer cazara. Obviamente no vas a tener un prejuicio tan retrógrado, pero si reflexionas, quizás encuentres algunas cosas que das por sentadas y en realidad no lo son. Como dicen tienes que pensar “fuera de la caja”.
Si algo funciona, sigue haciéndolo
Si no funciona, párate a pensar en lo que puedes mejorar, e inténtalo de nuevo, pero no te empeñes en querer imponer un modelo que no funciona.
¿Y tú? ¿Qué otras conclusiones sacas de este cuento?
No hay comentarios:
Publicar un comentario